Los sistemas de aire acondicionado para autobuses generalmente consisten en un condensador, un evaporador, un compresor y una válvula de expansión. El condensador suele estar montado en el techo del autobús y es el encargado de disipar el calor del refrigerante. El evaporador se encuentra dentro del autobús y es el encargado de enfriar el aire del interior. El compresor bombea refrigerante a través del sistema, mientras que la válvula de expansión regula el flujo de refrigerante para asegurar un enfriamiento adecuado. Además de estos componentes, algunos sistemas también pueden incluir un receptor/secador para eliminar la humedad del sistema y un motor soplador para hacer circular el aire por todo el autobús.